Charming Bird Titanium:
El pájaro remonta el vuelo
La filosofía Disruptive Legacy de Jaquet Droz se materializa principalmente en sus creaciones originales... pero no solo en ellas. En 2025, 10 años después de su coronación en la categoría Excepción Mecánica en el GPHG, el Charming Bird se reinterpreta en una caja de titanio de grado 5. Se trata del primer reloj de pulsera con autómata musical del mundo fabricado con un metal tan moderno como difícil de trabajar.
Pocas veces se ha interpretado tan acertadamente la filosofía Disruptive Legacy. Porque este legado es precisamente el de los autómatas musicales. Una tradición que pronto cumplirá tres siglos en Jaquet Droz. En aquellos tiempos, el taller familiar asombró a audiencias de todo el orbe con sus pájaros cantores de asombroso realismo, capaces de silbar una melodía con una perfecta entonación. Todavía se conservan en varios lugares del mundo algunos ejemplares en perfecto estado de funcionamiento.
Pero desde 1738, la relojería ha sufrido no una, sino muchas transformaciones radicales. La más importante fue la miniaturización. Gracias a ella, el taller, que se mantenía en su misma ubicación en La Chaux-de-Fonds, pasó de trabajar con cajas de música y autómatas de tamaño natural a los relojes de pulsera. La otra revolución se produjo en los materiales. Jaquet Droz la ha abrazado en todas sus dimensiones: zafiro, silicio y cerámica de plasma son los ejemplos más recientes. Pero el titanio ha presentado una gran resistencia. Tanto en sentido literal como figurado.
Considerado uno de los metales más difíciles de trabajar, con una desafortunada tendencia a prender fuego a las herramientas que intentan domarlo, el titanio se ha resistido durante mucho tiempo a las técnicas de mecanizado, acabado y decoración. Y los coleccionistas se han resistido durante mucho tiempo a la atracción de este material, del que les costaba percibir el valor, el virtuosismo técnico que conlleva y sus patentes ventajas. Entre ellas, una reconocida resistencia a golpes y arañazos, así como una increíble ligereza en la muñeca.
Esto es lo que Jaquet Droz ha querido destacar en su nuevo Charming Bird Titanium. El reloj es un 20 % más ligero y pesa 42 gramos menos en la muñeca. El pájaro silbador es más etéreo que nunca.
Además, a pesar de la dificultad de mecanizar el titanio, Jaquet Droz ha conseguido preservar la distintiva geometría de su caja. Tiene dos características únicas. En primer lugar, un doble cristal de zafiro en el lado de la esfera protege el movimiento y, por otra parte, a las 6 se sitúa el pájaro autómata. Luego hay una fina abertura lateral, entre las 8 y las 10, que permite que el aire —y, por tanto, la melodía— circule desde el interior de la caja hacia el exterior. Todo ello con un acabado satinado ejecutado a la perfección.
En cuanto al movimiento, Jaquet Droz mantiene el autómata que ha hecho las delicias de los coleccionistas más exigentes durante más de 10 años. Su mecanismo es totalmente visible a través de una esfera en zafiro metalizada situada a las 12, de modo que las horas y los minutos pueden leerse sobre un fondo negro. A las 6, la dimensión del ave es de 13,5 mm. Grabado y pintado a mano, aprovecha una abertura en la esfera para volar hacia su dueño. Silba, abre el pico, gira, bate las alas y la cola.
El autómata tiene su propia reserva de marcha, a la que da cuerda la corona situada a las 2. Una simple presión sobre su pulsador coaxial desencadena la animación. Se interrumpe cuando se desee mediante una segunda pulsación. Sin intervención del propietario, dura unos treinta segundos, durante los cuales se oyen claramente las tres notas del silbido del pájaro. La velocidad de sus movimientos y de su canto no se controla por medios mecánicos, para evitar una fricción en el metal que inevitablemente causaría un desgaste, sino magnéticamente, para que no exista ningún contacto, lo que también elimina cualquier ruido no deseado en favor de la pureza de la melodía. En una edición de un ejemplar único, el Charming Bird Titanium vuela hacia nuevos horizontes.