1721

La historia de los Jaquet Droz y Leschot

Nacimiento

Pierre Jaquet Droz nació en 1721, en la granja de Sur le Pont, en La Chaux-de-Fonds. Su genuino interés por la relojería fue un legado de sus ancestros, los Brandt-di-Grieurin, los Sandoz y los Robert. El arte relojero constituyó para él una auténtica revelación.

El primer taller

De 1738 a 1747, Pierre Jaquet Droz se dedicó por completo a su trabajo de relojería. Realizó una serie de relojes de pie, equipados con movimientos cada vez más sofisticados, muy superiores a los que se fabricaban entonces. Su extraordinaria habilidad manual, su meticulosidad y su rectitud, así como su capacidad para aplicar racionalmente los principios de la mecánica le llevaron a dotar sus movimientos relojeros de música y de autómatas. Estas creaciones llamaron inmediatamente la atención de una clientela acomodada y exigente.
Una vez establecido profesionalmente, se casó con Marianne Sandoz en 1750. Poco después del nacimiento de sus dos primeros hijos - Julie en 1751 y Henry-Louis en 1752 - Pierre Jaquet Droz perdió a su esposa, y, en 1755, a su hija. No se volvería a casar y se dedicó a su trabajo relojero. Luego, conoció a Milord Maréchal, gobernador del Principado de Neuchâtel, quien cambiaría el rumbo de su vida y lanzaría su carrera internacional al aconsejarle que llevase su trabajo al extranjero, especialmente a España porque podía presentarle a la Corte. Contando con el apoyo de Milord Maréchal, Pierre Jaquet Droz, su suegro, y Jaques Gevril, un joven obrero, construyeron una carreta especial para transportar seis péndulos hacia España y emprendieron viaje en 1758.
Luego de 49 días de viaje desde Suiza, llegaron a Madrid, en donde fueron recibidos por el Gran Señor español Jacinto Jover. Tras varios meses de espera, Pierre Jaquet Droz presentó sus obras al rey Fernando VI de España y tuvo un éxito rotundo. El monarca y la Corte se quedaron pasmados ante del péndulo que sonaba a pedido sin que fuese necesario manipularlo. Unos días más tarde, recibió 2.000 doblones de oro como pago por todas las piezas que llevaba en la carreta, adquiridas por los palacios reales de Madrid y Villaviciosa...

El viaje a España

De regreso a La Chaux-de-Fonds en 1759, Pierre Jaquet Droz pudo dedicarse de lleno a la fabricación de sus relojes, péndulos y famosos autómatas, gracias al fruto de la venta en España. Entonces, comenzó a trabajar con su hijo, Henry-Louis, y con el hombre al que consideraba su hijo adoptivo, Jean-Frédéric Leschot, hijo de un vecino al que acogió en su casa tras el fallecimiento de su madre. De este modo, comenzaba una estrecha y fructuosa colaboración.
A partir de 1773, la Casa Jaquet Droz et Leschot comercializó autómatas cada vez más perfeccionados y sofisticados, y alcanzó la apoteosis con los tres autómatas androides: The Writer, The Draughtsman y The Musician, que presentó en La Chaux-de-Fonds en 1774. Las tres obras maestras, que atraían a apasionados del mundo entero, fueron los verdaderos cimientos del renombre de Pierre Jaquet Droz y del éxito de su empresa. Como consecuencia del éxito, los Jaquet Droz empezaron a exhibir sus creaciones; los autómatas salieron de La Chaux-de-Fonds hacia Ginebra, luego hacia París en 1775, en donde fueron presentados ante el Rey Luis XVI y la Reina María Antonieta, y luego hacia las principales cortes europeas, pasando por Londres, Holanda, Flandes en 1780 y el Norte de Francia en 1781. Volvieron a París en 1782 y 1783, y a Lyón en 1784. También los llevaron a la corte rusa en Kazán, a Madrid, etc.

Los autómatas

Londres y China

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GINEBRA

Durante una década aproximadamente, la empresa continuó su expansión. Vendía péndulos, autómatas, relojes y pájaros cantores en todo el mundo, y particularmente en China. Sin embargo, la salud precaria de Henry-Louis sufría a causa del clima hostil de La Chaux-de-Fonds y de la niebla de Londres. Por tanto, en 1784 decidió instalarse en Ginebra, una ciudad con una actividad artística y literaria que le seducía. Poco tiempo después, fundó junto con Jean-Frédéric Leschot la primera auténtica Manufactura relojera de la ciudad – un año antes que Vacheron Constantin – y lanzó la producción de relojes dotados de grandes complicaciones. El talento y el interés que manifestaron Henry-Louis Jaquet Droz y Jean-Frédéric Leschot por el gobierno ginebrino fueron reconocidos y apreciados rápidamente. La ciudad de Ginebra les otorgó la “burguesía de honor” y les invitó a participar en sus actividades. Jaquet Droz ingresó a la Société des Arts, que acababa reconstituirse, y participó de manera activa en la evolución de la enseñanza técnica. También contribuyó a la creación de una fábrica-escuela de cadraturas para relojes con repetición de minutos y desarrolló numerosos proyectos relacionados con la técnica relojera y la protección de los oficios que intervienen en la relojería. Pierre Jaquet Droz se instaló en la casa del relojero Dental, en la esquina de la rue Molard y la rue du Rhône, en el lugar en el que se encontraban en taller y la residencia de su hijo.

El apogeo de Jaquet Droz

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The Grande Seconde

Lanzamiento del Grande Seconde, inspirado en un reloj de bolsillo creado en el siglo XVIII. Icono intemporal de la Casa, este reloj interpreta con elegancia la maestría del arte del esmalte Grand Feu en una esfera en la que se entrelaza el contador de horas y minutos descentrado a las 12 con el segundero situado a las 6.

Nicolas G. Hayek

retoma las riendas de Montres Jaquet Droz.

1738

LANZAMIENTO DEL THE ECLIPSE

Lanzamiento del The Eclipse, reloj excepcional decorado con 8 estrellas - número fetiche de Jaquet-Droz - y una luna grabada que evoluciona cada día, transformándose en cada amanecer. El diseño de inspiración del siglo XVIII evoca tanto los orígenes de la marca como su predilección, desde la Ilustración, por las artes decorativas.

Marc A. Hayek

asume la dirección de Montres Jaquet-Droz, teniendo por misión cultivar el espíritu de excelencia e innovación, así como el de seguir transmitiendo sensaciones y poesía.

Jaquet-Droz integra Les Ateliers d’Art

a su Taller de Alta Relojería (Atelier de Haute Horlogerie) haciendo perdurar el savoir-faire ancestral de la marca.<br/>Para rendir homenaje a estos artesanos meticulosos, la pintura en miniatura,<br/>la escultura y el grabado o el esmalte paillonné destacan en ciertas piezas excepcionales de la colección Jaquet-Droz.

Exposición "Automates et Merveilles"

En colaboración con Montres Jaquet-Droz, que reveló al público el talento de Jaquet-Droz y Leschot.<br /> Un número increíble de piezas y datos han sido reunidos por primera vez, en tres museos del cantón de Neuchâtel: <br /> Museo de arte e historia de Neuchâtel (Musée d’art et d’histoire), Museo de la relojería de Le Locle (Musée d’horlogerie) y Museo internacional de relojería de La Chaux-de-Fonds (Musée international d’horlogerie).

THE BIRD REPEATER

Imaginado por los artesanos de la Casa, The Bird Repeater se presenta en noviembre de 2012, alianza de historia, savoir-faire e ingenio Jaquet-Droz. Verdadero autómata, esta pieza excepcional lleva en sí la maestría de todos los oficios decorativos de la Casa.

1758

1773

1774

1784

1788

2000

2002

2010

2011

2012

Un éxito ininterrumpido