Autómata La Ronde Des Baisers
Jaquet Droz
«La disrupción siempre ha formado parte del ADN de Jaquet Droz y se ha convertido en su tradición: Jaquet Droz siempre se ha caracterizado por la disrupción».
Jaquet Droz es una empresa con casi 300 años de historia, fundada en 1738 por el visionario Pierre Jaquet Droz. En su momento, los péndulos, autómatas y androides de Pierre Jaquet Droz supusieron una revolución mecánica y cultural. En aquella época, la Manufactura familiar fue pionera en la exportación de relojes a numerosas cortes reales e imperiales de Europa y Asia.
En el año 2000, el Grupo Swatch adquirió Jaquet Droz y esta última pasó a integrarse en el segmento del prestigio y del lujo del grupo relojero. Desde su adquisición, el grupo ha ayudado a la marca a recuperar el éxito que tuvo en el Siglo de las Luces y a perpetuar el excepcional legado que heredó de su fundador.
Con la llegada en 2022 de su nuevo consejero delegado, Alain Delamuraz, la Manufactura vuelve a centrarse en el carácter disruptivo de la marca. Impulsada por su nueva estrategia «JD 8.0: A Disruptive Legacy» y conocida en todo el mundo por sus Ateliers d'Arts y sus autómatas, la Casa refuerza su concepto atrevido de la alta relojería animada y diseñada a medida, combinando movimientos excepcionales y materiales de nueva generación para crear una experiencia única y personalizada. Cada uno de los relojes está creado por y para un coleccionista concreto. Todas las piezas son únicas y se entregan personalmente en una ceremonia de desembalaje a la que asiste el consejero delegado.
Se han mantenido las temáticas históricas clásicas, si bien la Manufactura también se ha abierto a una nueva gramática estética provocadora, insolente y audaz.
Los 160 puntos de venta, minoristas multimarca y boutiques monomarca, han sido sustituidos por un único punto de venta en la Manufactura de La Chaux-de-Fonds, Lpermitiendo así que exista un contacto directo entre artistas, artesanos y coleccionistas. Jaquet Droz se está volviendo más ágil y pretende sacar partido del phygital gracias al Studio 8, una herramienta que permite seguir a distancia y en tiempo real el trabajo de artistas y artesanos a través de seis cámaras. Los coleccionistas pueden asomarse «virtualmente» a observar el trabajo de los artesanos en cada etapa de la creación e influir en su trabajo. Jaquet Droz presenta una postura más fuerte y más sólida sobre su base identitaria e intentará llegar a lugares donde no se la espera conservando el espíritu disruptive y visionario de siempre.
Chantal Thomass
«Siempre me ha gustado la moda, ¡sobre todo mis creaciones!»
Aunque asociamos inmediatamente a Chantal Thomass con la lencería, en los años 70 fue una de las figuras más destacadas de la ola de diseñadores franceses, junto a otros creadores como Kenzo, Jean Charles de Castelbajac, Thierry Mugler, Claude Montana y Anne Marie Beretta. Estos diseñadores eclécticos y de estilo reconocible marcaron el estilo de las mujeres en los años 80 y 90. Esta nueva guardia, que resultaba irreverente y eminentemente creativa, abarcó a varias generaciones y aportó una energía renovada a la moda parisina.
Dentro de este movimiento, Chantal Thomass definió el perfil de una nueva feminidad: extravagante, libre, carnal, impregnada de humor, fantasía y múltiples guiños. Fue la gran promotora de la dualidad de lo masculino y lo femenino, de lo que se oculta y lo que se desvela, de las prendas interiores y exteriores, tomando prestados sin dudarlo tejidos y cortes de sastrería predominantes en los armarios masculinos. Un estilo de moda único que realza y remodela el cuerpo. Entre sus heroínas destacan Greta Garbo, Louise Brooks, Marlene Dietrich o Joséphine Baker, mientras que sus elementos fetiche son los encajes, los lazos y los colores rosa y negro. Hoy en día, como directora artística e irresistible «mujer todoterreno», Chantal Thomass abraza el credo del Pop Art y utiliza su talento para vestir de rosa, negro y blanco los productos llamados de gran consumo o de nicho. Les añade además un toque rojo: «El rojo es muy importante, pero solo un toque, y sobre todo mate… ¡como mi barra de labios!
Automa La Ronde Des Baisers
La colaboración
“«Una colaboración permite disfrutar del placer de abrazar una profesión, de sumergirse en una técnica, una particularidad, un universo. Es una oportunidad única para conocer un entorno que no es el tuyo y sentir de primera mano unos conocimientos excepcionales.
También se trata de descubrir un lugar, una historia y de conocer a sus artesanos… La manufactura Jaquet Droz superó mis expectativas; descubrí un nivel de maestría y destreza técnica que pocas veces se alcanza y que se utiliza para crear objetos únicos, ¡casi mágicos!
Jaquet Droz es una Casa que sabe desmarcarse, que se atreve a desafiar lo esperado y los caminos transitados para llevar los límites de la relojería un paso más allá.
Trabajar con Jaquet Droz es trabajar con la excelencia sublimada por el alma y el talento de hombres y mujeres, de artesanos excepcionales... ¡unos «creadores de maravillas» increíbles!
De esta alquimia creativa nació el reloj «Ronde des Baisers», con su aura hipnótica y poética, un objeto poco común que rinde homenaje a todos los besos robados, regalados, perdidos, escondidos o depositados en el corazón.
Reúne en un mismo objeto todo lo que me gusta: un sutil juego entre poesía y crudeza, entre romanticismo y geometría, marcado por un vuelo de «bocas en forma de corazón» sobre un fondo de cuadrícula que genera un efecto óptico. Los colores me encantan: negro, blanco y, por supuesto, rosa y rojo en pequeños toques; mientras que los diamantes, engastados en forma de cinta, recuerdan la delicadeza del encaje.
Esta pieza «Ronde des Baisers» es un tourbillon precioso, una creación íntima que refleja mi mundo: audaz, refinado y decididamente «mío».”
Chantal Thomass.
Autómata La Ronde Des Baisers
Jaquet Droz y Chantal Thomass reúnen en una pieza la relojería disruptiva y la moda pop art irreverente
Un espíritu libre, en continua exploración de tendencias vanguardistas, rompiendo tabúes y barreras en favor del arte en constante transformación: todo aquello que se puede decir sobre Chantal Thomass también se puede decir sobre Jaquet Droz, y viceversa. La Manufactura y el icono de la moda están hechos el uno para el otro. Fruto de su unión ha surgido un reloj pieza única, un autómata con engaste de diamantes y minerales, una manifestación de artesanía y moda de gran hipnotismo.
El colmo de una diseñadora de moda es pasar de moda. Sin embargo, en 50 años de carrera, Chantal Thomass siempre ha sido una adelantada y ha creado una marca que incluso aquellas personas poco familiarizadas con la moda pueden identificar a primera vista: flequillo negro, un pintalabios atrevido («rojo mate, siempre»), una innovación constante con los materiales y los volúmenes y una capacidad para apropiarse de múltiples universos (diseño, perfumería, decoración, cosmética, etc.) con una frescura desinhibida.
El flechazo entre Jaquet Droz y Chantal Thomass fue inmediato. La conexión entre París y La Chaux-de-Fonds fue instantánea. Con su mirada juguetona, la diseñadora comprendió las posibilidades que ofrecían los autómatas de Jaquet Droz y la riqueza que les aportaría su artesanía.
Chantal Thomass es única, y su autómata también lo es. Su implicación en el proyecto fue total. La diseñadora visitó personalmente en varias ocasiones los talleres de Jaquet Droz. Como nunca había concebido un reloj, quería saberlo todo sobre él: su historia, su patrimonio, su movimiento y su decoración, además de conocer a los artesanos que dan vida a cada pieza única de Jaquet Droz. Entre las dos reuniones presenciales que tuvieron lugar en Suiza, la estilista parisina se conectó de forma habitual al Studio 8 de la Manufactura: este espacio en línea, equipado con seis cámaras inmersivas, permite a cada cliente seguir casi en tiempo real el desarrollo de su proyecto. Fue también a través del Studio 8 como Chantal Thomass definió, con una precisión fuera de lo común, el pliego de condiciones para su reloj, que debía reflejar su universo gráfico, pero también su espíritu rebelde y disruptivo, idéntico al de Jaquet Droz.
Chantal Thomass quería un reloj en el que predominaran sus colores característicos: el negro, el blanco y el rojo. Pero el icono de la moda sabe que una cosa es la paleta de colores y otra el material. Para dar vida a estos tonos, Chantal Thomass optó por diferentes materiales, cada uno de los cuales aporta textura y volumen. Bajo una esfera horaria de ónice aparece un damero en perspectiva compuesto por piezas cuadradas de ónice negro y de piedra blanca Cacholong. El ónice es un material que Jaquet Droz conoce a la perfección, pero el uso de la piedra Cacholong es toda una novedad. Esta marquetería de piedra fija se compone de 34 figuras individuales. Cada pieza cuadrada mide entre 2,25 mm y 0,45 mm de altura, y han sido mecanizadas y ensambladas a mano una a una, a cinco alturas diferentes, para acentuar la perspectiva tridimensional del damero.
Alrededor de este diseño central se despliega un disco periférico móvil. Tiene forma de espiral y combina un disco negro brillante enrollado dentro de otro disco con 376 diamantes en engaste nieve (con un total de 0,63 quilates) engastados a mano. Basta con presionar el pulsador situado a las 3 h para poner en marcha la animación: el disco exterior efectúa entonces una revolución completa en 30 segundos, durante un máximo de 4 minutos (es decir, 8 vueltas), que puede ponerse en marcha o detenerse cuando se desee presionando de nuevo el mismo pulsador. El funcionamiento de este autómata de gran hipnotismo no hace peligrar la precisión del reloj ya que la parte autómata se beneficia de sus dos barriletes, y la parte horaria de otros dos, independientes, para disponer de una reserva de marcha de 68 horas.
Por último, el toque final que quería la artista: para desestructurar una composición que hace pleno uso de la simetría, Chantal Thomass ha repartido once marcas de labios de su pintalabios favorito. Diez de ellas son apliques de oro esculpidos a mano que se asientan sobre el disco móvil externo (y, como el resto del disco, pasan por debajo de la esfera horaria). La undécima marca de labios está pintada a mano, como si fuese la firma de Chantal Thomass, se sitúa debajo de la de Jaquet Droz a las 12 h y está flanqueada por dos agujas de oro.