300.o Aniversario del nacimiento de Pierre Jaquet-Droz:
el Grande Seconde le regala la luna
Este año, la Casa celebra el nacimiento de su relojero fundador, el 28 de julio de 1721, hace 300 años. Se ha reinterpretado para la ocasión su Grande Seconde Moon en dos versiones de aniversario exclusivas: una que explora la tradición y la otra la modernidad a la que la marca está igualmente apegada.
¿Cuál es la pieza que mejor refleja el espíritu Jaquet Droz? Sin duda, su rostro más conocido: el Grande Seconde. Alrededor de una arquitectura en forma de «8», esta creación presenta una organización del tiempo única: las horas y los minutos están descentrados en la parte superior, y se complementan con un gran segundero a las 6. Este diseño sobrio, depurado y atemporal ha recibido todo tipo de atenciones con objeto de preservar su esencia, amén de las renovaciones necesarias para seguir el ritmo de la relojería contemporánea. Entre ellas, la fase lunar, que dio origen al Grande Seconde Moon.
Hoy en día, Jaquet Droz ha llevado a cabo una profunda optimización de su icono para ofrecer dos versiones exclusivas que reflejan sus dobles raíces, con el respeto a su artesanía centenaria por un lado, y, por otro, el deseo de proyectar el Grande Seconde Moon en el siglo XXI.
De este modo, por primera vez, estos dos nuevos modelos presentan un diámetro de 41 mm; el Grande Seconde Moon, que hasta ahora estaba disponible en 43 mm y 39 mm, nunca había ofrecido este diámetro uniforme y contemporáneo de 41 mm, que le permite adaptarse a las muñecas de mujeres y hombres.
La primera pieza, un homenaje a Pierre Jaquet-Droz, encarna el lado tradicional de la Casa. Presenta una esfera esmalte Grand Feu marfil, uno de los principales savoir-faire de la Casa, con números romanos para las horas y los minutos y números árabes para los segundos, siguiendo el más puro espíritu tradicional del Grande Seconde. Cuenta con una pulsera azul noche que evoca el cielo estrellado con la Luna.
Por su parte, la segunda pieza ofrece una esfera negra mate, una versión cuya fase lunar destaca con elegancia sobre el fondo astral oscuro intenso. Por primera vez, el reloj carece de números árabes y romanos para las indicaciones de horas y minutos. En este caso, se sustituyen por un índice de oro rojo, que aporta a la pieza un estilo más contemporáneo, estructurado y refinado. Una modernidad que se ve reforzada por una pulsera de piel de becerro negra mate realizada a mano. Con un enfoque muy contemporáneo, Jaquet Droz diseña aquí un nuevo Grande Seconde Moon en solo dos tonos, con el brillo del oro rojo solo igualado por la profundidad del negro intenso.
Estas dos versiones del Grande Seconde Moon 300e Anniversaire comparten una caja de oro rojo de 18 quilates que alberga el movimiento automático 2660QL4, que ofrece 68 horas de reserva de marcha y está equipado con una espiral y cuernos de áncora de silicio. El desarrollo interno con que lo ha dotado Jaquet Droz confiere a su fase lunar una precisión incomparable. Se denomina «Mecanismo 135», y reduce de forma notable los márgenes de error habituales de la visualización de las fases lunares, hasta el punto de que solo es necesaria una corrección cada 122 años. Dado que se acerca lo máximo posible a la revolución sinódica real (29 días, 12 horas y 45 minutos para la Grande Seconde Moon, para una revolución real de 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2,8 segundos), este Mecanismo 135, que descansa sobre un disco lunar de 135 dientes (en lugar de los 59 habituales), garantiza al reloj una precisión secular que puede ajustarse con la ayuda de una herramienta mediante un corrector invisible, instalado en la caja, a las 8 horas.
Cada versión está grabada a mano «Pierre Jaquet-Droz, 300ème Anniversaire» en el fondo, cuyo zafiro revela una masa oscilante de oro rojo, que gira al ritmo de un tiempo que Jaquet Droz cuenta desde hace casi tres siglos.