Criatura de simbología universal honrada por Jaquet Droz, el pájaro cantor se presenta en dos nuevas versiones cuyo ingenio mecánico va de la mano con una poesía muy contemporánea.
Pierre Jaquet-Droz (1721-1790), un hombre del Siglo de las Luces, originario de una familia de campesinos-relojeros, se unió al gran movimiento naturalista que constituyó una referencia para los científicos, artistas y filósofos del siglo XVIII. Sensible a la belleza de las plantas y al mundo animal, fue el primer fabricante de relojes en introducir un pájaro cantor en un reloj de bolsillo - una complicación ingeniosa que también ornamentaría tabaqueras y otros objetos de arte, cautivando a una clientela cosmopolita que le es fiel desde Madrid hasta Pekín. Para rendir tributo a este ingenio, la Marca de las dos estrellas presentó recientemente el Bird Repeater y el Charming Bird, que recibieron el premio de la categoría Excepción Mecánica 2015 del Gran Premio de Relojería de Ginebra, dos modelos excepcionales cuyos autómatas miniatura conjugan lo mejor de sus Ateliers d'Art.
Los artesanos han reinventado la icónica esfera del Grande Seconde y su emblemático 8, dedicando su parte superior a la lectura de las horas y los minutos, y la inferior a un auténtico pájaro cantor pequeño alojado bajo una cúpula de cristal de zafiro. Hoy en día, Jaquet Droz repite esta hazaña presentando una versión inédita del Charming Bird, cuya esfera luce ahora un nácar delicado con una decoración cautivadora y refinada.
Este reloj, que representa un desafío técnico (dos mecanismos diferentes animan el Charming Bird, protegido por dos patentes), ha requerido varios años de investigación y desarrollo para introducir dos innovaciones importantes. El canto del carbonero, por un lado, se produce por la compresión del aire y no por la vibración, gracias a la introducción de tres tubos de cristal de zafiro diminutos. El primero recibe el aire, que se almacena en el segundo y luego es propulsado hacia el tercero para modular la melodía en función del volumen de aire y la velocidad del pistón. En el mecanismo, el regulador funciona de forma magnética, para evitar cualquier contacto entre las partes metálicas y eliminar los ruidos parásitos dentro del reloj. La miniaturización de los elementos y la enorme complejidad mecánica del Charming Bird sólo se compara con su sofisticación estética, fruto de los savoir-faire de los Ateliers d’Art.
El mismo refinamiento destaca en el carbonero, verdadera una escultura miniaturizada, en el fondo de la esfera en nácar grabada y pintada a mano que evoca un paisaje campestre suizo, motivo histórico de Jaquet Droz, y en el movimiento completamente decorado a mano. La técnica tradicional del papel recortado inspira esta representación y combina los mejores savoir-faire en materia de grabado y pintura en miniatura, los únicos que pueden garantizar la asombrosa riqueza de los detalles de esta obra de arte. Por último, la hermosa elegancia de los volúmenes es realzada por el resplandor de la caja de 47 mm, presentada en oro rojo o blanco. Cada versión esta compuesta de 8 ejemplares únicos. Aproveche una oportunidad excepcional para adquirir la excelencia relojería de Jaquet Droz junto con el lujo supremo e intangible de la música fugaz que acompaña el paso del Tiempo...