Estas nuevas interpretaciones, incluyendo una pieza única en ópalo, encarnan el legado de Jaquet Droz: el arte de maravillar.
Jaquet Droz continúa celebrando su 280.º aniversario con la presentación de tres ediciones inéditas de su autómata «Loving Butterfly Automaton». Esta creación, presentada en 2017, es un tributo a los temas que tanto aprecia la casa: el lirismo, el naturalismo y el arte relojero. Este autómata se inscribe en la continuidad de la historia de la marca y del ingenioso relojero Henri-Louis Jaquet-Droz, quien hace dos siglos realizó un autómata androide para el que elaboró maravillosos bocetos, como el de un ángel en un carro tirado por una mariposa, una celebración del amor y la pasión.
Este motivo se expresa actualmente en una pieza de 43 mm con tres esferas nuevas: meteorito (28 piezas), aventurina (28 piezas) y ópalo (pieza única engastada). El arte de maravillar, propio de Jaquet Droz, encuentra su máxima expresión con una paleta de colores y contrastes cuyos personajes principales son la naturaleza y las emociones.
Su encarnación es fruto de una minuciosidad artesanal única. Cada elemento es realizado a mano. Los árboles, con un grosor de 0,2 mm, cuentan con finas nervaduras grabadas individualmente con herramientas diseñadas a medida para esta tarea. La mariposa, a igual que el carro, está formada por varias decenas de apliques fijos y móviles, tallados por artesanos joyeros. El conjunto se instala en un verdadero teatro natural, cuya decoración surge literalmente de ambos lados de la esfera. Sus múltiples niveles le confieren una profundidad de campo inédita, donde la mirada puede deambular y perderse. Un realismo sorprendente cobra forma, rebosante de detalles que dan vida a esta resplandeciente decoración.
La versión con esfera meteorito luce una composición animada en oro rosa, presente también en las manecillas de las horas y los minutos que se destacan sobre un fondo en ónice. Estos matices grises, negros y en oro confieren una nueva profundidad al cuadro animado de Jaquet Droz. En el centro, una mariposa bate sus alas, arrastrando un carro cuyas ruedas también están en movimiento. El ángel, de pie en el carro, evoca la figura de Pierre Jaquet-Droz, quien en su época también se lanzó a descubrir el mundo.
El segundo «Loving Butterfly Automaton» pone de relieve el oro y el nácar en una esfera en aventurina. Esta composición evoca el sueño de una noche estrellada: el ángel y la mariposa en primer plano ante una luna con reflejos plateados, representada por la esfera de las horas en nácar cuyos matices encuentran eco en los diamantes engastados en el bisel y los cuernos.
Finalmente, la tercera versión con esfera en ópalo hace gala de una riqueza cromática inédita. Sus matices verdes y azules crean un lienzo lleno de vida y color en el que se destacan los árboles, el ángel, el carro y la mariposa en oro rosa. A las 12, la esfera de las horas y los minutos luce un engaste invisible con diamantes talla baguette. Su disposición en forma de sol confiere a esta pieza única un resplandor y un aura deslumbrante que evocan un diálogo entre el brillo del oro, el ópalo y el diamante.
Cada una de estas composiciones se inspira en los códigos fundamentales de Jaquet Droz: autómatas, Ateliers d’Art, movimientos de excepción, esferas minerales y Numerus Clausus. Guiada por el amor, la mariposa conduce al ángel hacia nuevos horizontes creativos cuyas bases fueron sentadas por la familia Jaquet Droz hace exactamente 280 años. Este aniversario ofrece a la Maison la oportunidad de celebrar su genio creativo: la figura de la mariposa, símbolo de la fugacidad del tiempo y de la fuerza del amor, que se eleva para alcanzar nuevas alturas.
“Some watches tell time, some tell a story”