DRAGON AUTOMATON: JAQUET DROZ LLEVA LA PERSONALIZACIÓN A UNA NUEVA DIMENSIÓN

Se trata de la culminación de tres años de trabajo. Una colaboración única en la historia de la relojería. Una creación a medida que encarna la visión de Jaquet Droz de dar vida a extraordinarias maravillas.

El nombre de John Howe no es especialmente conocido por el gran público. Sin embargo, sí son ampliamente conocidos el universo y la estética que ha creado: este hombre es el diseñador artístico de las trilogías de El señor de los anillos y El hobbit de Peter Jackson. Un prodigio del género fantástico que vive en Neuchâtel desde hace 30 años, y que vuelve a estar de actualidad con el estreno de El señor de los anillos: los anillos de poder el 2 septiembre.

Jaquet Droz y John Howe comparten numerosos puntos en común que han unido sus caminos: la capacidad de crear universos fuera de lo normal, de dar vida a la emoción mediante auténticas maravillas, de crear animaciones que llegan al alma y al corazón. El don de fascinar, sorprender, emocionar.

Juntos, han trabajado como siempre lo han hecho: con un papel, un lápiz y muchas ideas. No hubo que esperar mucho para que se hiciese evidente el tema de su colaboración relojera: el dragón. Un animal que atraviesa el universo de John Howe, del mismo modo que atraviesa los milenios, las culturas y los continentes.

Jaquet Droz ha querido que este dragón cobrase vida. Y lo que es más, con un total de 9 animaciones, ha creado probablemente uno de los relojes autómatas modernos más complejos jamás diseñado. La secuencia que lo anima es aleatoria, a fin de preservar toda la magia y el misterio. La espina dorsal del animal sagrado ondula al igual que su cola, el ojo y la mandíbula se abren y se cierran, su lengua se mueve, su cresta asciende y desciende y sus garras se aferran a una piedra en constante rotación.

De acuerdo con la nueva Visión 8.0 de Jaquet Droz, los talleres del Chaux-de-Fonds solamente realizan encargos únicos para clientes que también lo son.

La caja de 43 mm se puede elaborar en el oro que se desee y Jaquet Droz ya está estudiando la posibilidad de proponer otros materiales, como el zafiro. En la carrura podrá realizarse un grabado o bien dejarla intacta. La esfera se podrá personalizar íntegramente, grabar o sustituir por un medallón de la piedra que se desee. Las escamas del dragón, también de oro y completamente grabado a mano, podrán presentarse más o menos acentuadas. Proceder a una enumeración de todas las opciones sería en vano, ya que son prácticamente infinitas.

Asimismo, Jaquet Droz se encuentra actualmente perfilando los últimos detalles de una solución figital implantada en el seno de sus talleres. Abierta y conectada, permitirá que cada cliente vea su propio dragón autómata durante el proceso de creación. Esta experiencia inmersiva es toda una innovación, una puerta secreta hacia los oficios artísticos más exquisitos de la Alta Relojería. Estos son la piedra angular de unos relojes únicos que poseen un gran valor añadido, la auténtica encarnación de la filosofía de lo inimitable que desde 1738 siempre ha definido el carácter disruptivo de Jaquet Droz.

“Some watches tell time. Some tell a story”

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